los llaman “ladrones” (Mateo 27:38, 44; Marcos 15:27). En este caso, la palabra original parece implicar la idea de robo con violencia. Según la última confesión de uno de los dos, tanto él como su compañero eran culpables: “Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos” (Lucas 23:41). No cabe ninguna duda, pues, de que los dos eran criminales. No sabemos nada más de ellos —no sabemos cómo se llamaban, de dónde eran, sus edades, si estaban casados,
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